Marihuana y sus efectos sobre la salud

Hemos asistido al creciente debate sobre la legalización del consumo de la marihuana. Existen quienes defienden su derecho a consumirla y también existen los que enmascaran su consumo escudándose en los efectos positivos que podría tener esta droga sobre la salud.

La marihuana o cannabis es una planta de origen asiático, ampliamente distribuida, ha sido utilizada desde períodos prehistóricos. Existen reportes de su utilización desde 4.000 años a.C. En la antigüedad ya era conocida por sus efectos psicotrópicos, analgésicos y para la producción de fibras que se ocupaban para la elaboración de utensilios y papel. Las principales formas de consumo son la inhalada, en menor medida los subproductos de la planta como la resina (hachís) y en preparados a ingerir por vía oral. Destacan por su fácil acceso la marihuana verde, la paraguaya o prensada y las con alto contenido de tetrahidrocannabinol (THC).

Los compuestos activos se denominan cannabinoides, de los cuales hay documentados efectos a nivel del sistema nervioso central. Los principales compuestos activos de la planta son el THC, el único de los compuestos con efectos psicoactivos, el cannabidiol (CBD), cannabinol (CNB), con efectos anticonvulsivantes, analgésicos, entre otros.

Actualmente en Chile aumentamos de 147.029 nuevos consumidores en 2010 a 254.993 en 2014, independiente de la edad. Ocupamos el primer lugar mundial en consumo en edad escolar. Reportes indican un 30,6% de consumo en escolares durante el último año, con aumento del número de consumidores con consumo problemático. El consumo de alto riesgo se ha mantenido estable desde 2009 a la fecha bordeando el 15%, según cifras entregadas por la aplicación de “cannabis abuse screening test” (CAST). Cabe destacar que el consumo de riesgo se concentra en los establecimientos municipales, alcanzando un 17%; subvencionado con 14,6%, mientras que establecimientos particulares pagados presentan menor tasa de consumo perjudicial: 7,3%.

Se ha relacionado el aumento del consumo a factores individuales y sociales. Dentro de los más relevantes se encuentra la disminución de la percepción del daño y facilidad de acceso, así como la desaprobación parental. Este último indicador es un factor importantísimo, ya que la probabilidad de consumir marihuana es dos veces más alta en los hijos de padres que no desaprueban el consumo en relación a aquellos que sí lo hacen.

El consumo de marihuana tiene demostrados efectos deletéreos sobre la salud de las personas. Podemos dividir los efectos inmediatos del consumo que incluyen alteraciones en la memoria de corto plazo con la consiguiente dificultad para aprender y retener información, alteraciones de la coordinación motora, siendo la marihuana la segunda droga después del alcohol más frecuentemente involucrada en los accidentes de tránsito. También se aprecia un aumento de conductas sexuales de riesgo y en altas dosis están descritos la paranoia y la psicosis. Por otro lado, los efectos del uso a largo plazo incluyen adicción, con un 9% de probabilidades de adicción en general, lo que aumenta a 17% con el inicio de consumo en la adolescencia. Se han documentado alteraciones en el desarrollo neurológico, pobres resultados educacionales, alteraciones cognitivas con un coeficiente intelectual más bajo en quienes la utilizan de forma frecuente en la adolescencia. Se ha asociado a disminución de la satisfacción en la vida, determinado en mediciones subjetivas y objetivas comparadas con población general. Síntomas de bronquitis crónica y enfermedad periodontal también han sido descritos. Finalmente se ha descrito el aumento del riesgo del desarrollo de trastornos psicóticos crónicos, incluyendo esquizofrenia, en personas con cierta predisposición.

Se han demostrado una variedad de efectos nocivos sobre la salud en las personas que inician el consumo de marihuana con implicación de altos gastos en materia de salud pública y seguridad. Es necesario situar la discusión de la legalización del consumo teniendo en cuenta los efectos a nivel individual y colectivo que podrían acarrear para nuestro país, sobre todo para la población infantil y adolescente.

 

Por Pablo Melita Sepúlveda
Residente, Programa Especialización en Psiquiatría del Niño y del Adolescente, Departamento de Psiquiatría y Salud Mental UdeC

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