Cabe preguntarse, si poco a poco se han consagrado a las mujeres como iguales respecto de los hombres en casi todos los ámbitos de la vida y precisamente la igualdad ha sido el estandarte de lucha, ¿Por qué se busca una mayor protección para la mujer contra la violencia? ¿Por qué deben ser sujetos de tratados, leyes y políticas especiales?
Las estimaciones mundiales publicadas el 2016 por la OMS indican que alrededor de una de cada tres (35%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida. Un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por su pareja masculina.
En un análisis realizado en 2013 por la OMS, la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y el Consejo de Investigaciones Médicas, y basado en los datos de más de 80 países, se comprobó que casi una tercera parte (30%) de las mujeres que han mantenido una relación de pareja han sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja. Las estimaciones de la prevalencia van del 23,2% en los países de ingresos elevados y el 24,6% en los países de la Región del Pacífico Occidental al 37% en la Región del Mediterráneo Oriental y el 37,7% en la Región de Asia Sudoriental. Por otra parte, un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por su pareja.
El último informe del 2014 del Observatorio de Igualdad y Género de América Latina y el Caribe (OIG), perteneciente a la CEPAL, constata que la violencia contra las mujeres continúa golpeando a la región de manera dramática. Los indicadores registraron 1.832 muertes de mujeres ocasionadas por sus parejas o ex parejas en 18 países de la región, donde Chile ocupa el décimo lugar con más casos de femicidio (40), superado respectivamente por Puerto Rico (44), Venezuela (74), Perú (90), Ecuador (97), El Salvador (183), República Dominicana (188), Guatemala (217), Argentina (225) y encabezando la lista, Honduras (531).
En publicaciones del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, las cifras anuales de femicidios en Chile en los últimos 5 años lo dicen por si solas, el año 2012 se registraron 34 femicidios, y el 2013 se produjeron 40 casos, el 2014 nuevamente 40 más, el 2015 con 45 casos, el 2016 fueron 34, y al 17 de julio de 2017 en Chile se registran 24 femicidios consumados y 55 femicidios frustrados.
El informe anual 2015 del Circuito Intersectorial de Femicidio presenta cifras por cada región del país. Respecto de los casos de femicidio consumado y frustrado, la ocurrencia de ellos se distribuye de manera desigual por regiones. Para los casos de femicidio consumado, se cuenta con mayor presencia de estos en la región Metropolitana (13), La Araucanía (6) y Valparaíso (5). En tanto, los casos de femicidio frustrado han tenido presencia en todas las regiones del país con 3 o más casos; si bien tienen una importante presencia en la región Metropolitana (22), también se registran de manera importante en la región de Los Lagos (10), Biobío (10), Valparaíso (10) y Coquimbo (10). Si se suman femicidios consumados y frustrados se incorpora entre las regiones de mayor frecuencia absoluta, la Región del Libertador Gral. Bernardo O’Higgins.
Para el análisis de los casos de homicidios, la perspectiva de género respecto de la violencia contra las mujeres es relevante, ya que si bien la mayoría, más del 80% de los casos de homicidios en Chile corresponden a hombres, para el caso de los homicidios de mujeres, más del 50% de ellos corresponden a casos de femicidios, como lo describe el Circuito Intersectorial de Femicidio en su informe 2015.
El sondeo N°4 sobre violencia en el pololeo del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV) de diciembre de 2016 que realizó en jóvenes entre 15 y 29 años, respecto a las denuncias y sanciones, un 99% declara que “darse golpes es para denunciar a carabineros”. En tanto que, el 37% de las y los entrevistados opina que insultos, humillaciones y/o gritos, no es para denunciar a carabineros. Un 86% cree que cuando una persona ha sido víctima de violencia y denuncia en carabineros, no queda protegida. El 41% cree que, si fuera víctima de alguna forma de violencia en el pololeo, buscaría ayuda con gente de confianza, el 23% de ellos/as denunciaría a carabineros, sólo el 3% de las y los entrevistados trataría de mantener la relación. La percepción de los jóvenes sobre la violencia en el entorno constata que un 51% de las y los jóvenes conoce a alguna persona que haya vivido alguna situación de violencia al interior de la relación de pareja en los últimos 12 meses. Un 88% de las/os entrevistados que conoce a personas que han vivido violencia en la pareja, declara que supo de insultos, humillaciones y/o gritos, un 54% supo de empujones o tirarse cosas, mientras, el 45% declara que supo de darse golpes. Sobre la situación de violencia personal, un 63% declara que su pareja ha sentido celos de sus amigos o amigas y han discutido por ello. Al 45% le ha pasado que su pareja ha ignorado sus opiniones más de una vez, mientras que al 15% le ha pasado que la pareja ha opinado negativamente sobre su apariencia o forma de vestir.
En el Circuito Intersectorial de Femicidio, en su informe 2015, se describe la caracterización de las mujeres víctimas directas de femicidio consumado, en la que se muestra que la gran mayoría de ellas, habrían mantenido una relación de convivencia con el victimario; y sus edades serían en un 25%, jóvenes entre los 18 y 29 años, y un 38% entre los 30 y 40 años. En el caso de los victimarios, la edad fluctúa mayoritariamente entre los 41 y 50 años (27%) y entre los 18 y 29 años (24%). Sobre la respuesta del Estado en la detención de los victimarios, ello ocurre de forma inmediata en el 50% de los casos. Respecto de las circunstancias de la comisión del delito en los casos de femicidio consumado, se evidencia un uso recurrente de armas blancas, lo que podría ser coincidente con el espacio donde mayoritariamente estos delitos se cometen, el doméstico. De esta misma forma, la ocurrencia del delito se da en su gran mayoría en zonas urbanas, los días de la semana, sin perjuicio que, si se suman los casos ocurridos fines de semana y de lunes a viernes en horarios fuera del funcionamiento de oficina, estos son la mayoría, lo que le pone una exigencia al sistema en cuanto a la respuesta inmediata.
Factores asociados a la violencia en el pololeo
La violencia en el pololeo ha sido menos estudiada que la violencia que ocurre al interior de parejas que conviven, pero durante el último período se ha transformado en un fenómeno de estudio, lo que responde a los cambios en los modos de ser pareja y los trágicos eventos que hemos conocido en nuestro país y nuestra región.
En el estudio realizado sobre los factores asociados a la violencia en el noviazgo entre adolescentes de Fernando Rubio-Garay y colaboradores, publicada en el 2015, se describen tres elementos fundamentales que definen este tipo de violencia: (1) la amenaza o la provocación (intencionada) de un daño real, ya sea físico, psicológico o sexual, (2) el control o el dominio de un miembro de la pareja (mediante amenazas o tácticas coactivas/coercitivas) y (3) que las amenazas, las coacciones, el control, la dominación o el daño se produzcan en el seno de una relación de pololeo, refiriéndonos a jóvenes y adolescentes.
Entre las variables que la literatura ha relacionado más estrechamente con la violencia en el pololeo, se mencionan: (a) las actitudes de justificación de la violencia, (b) la influencia de los iguales, (c) la exposición a la violencia dentro de la propia familia o en la comunidad, (d) una historia de maltrato físico y psicológico, de abuso sexual y de hábitos de crianza negativos, (e) los estereotipos tradicionales de género, (f) un déficit de habilidades sociales y de comunicación, (g) un manejo inadecuado de la ira, (h) una baja autoestima, (i) el consumo de alcohol y otras drogas, (j) una historia personal de agresión, (k) la falta de empatía y (l) la carencia de apoyo social.
Consecuencias de la violencia en el noviazgo
En lo que se refiere a las consecuencias de la violencia en el pololeo y noviazgo, el estudio Violencia en el noviazgo y pololeo: una actualización proyectada hacia la adolescencia, publicado el 2014 por Valdivia y González, se citan varios estudios en los que se menciona el bajo rendimiento académico, la deserción escolar, insatisfacción con la relación en términos de afecto positivo, escucha y comprensión para hombres y mujeres, el embarazo precoz, trastornos alimentarios, baja autoestima, inseguridad, aislamiento, riesgo de ser victimizadas en las relaciones de pareja adultas futuras, la disminución de uso de métodos contraceptivos y por lo tanto, más probabilidades de embarazo y enfermedades de transmisión sexual, trastornos ansiosos, depresivos y síntomas de estrés postraumático, ideación suicida y normalización de la propia experiencia de violencia. Angustia, desconfianza, desconexión y distancia en las relaciones interpersonales, insatisfacción de la mujer consigo misma, negar la experiencia de violencia, sensación de sentirse poco apoyados por la familia y la comunidad, y disrupción grave de la propia vida.
Situación legal actual
Actualmente, hay un proyecto de ley del gobierno del ex presidente Sebastián Piñera, esperando ser aprobado, en el Congreso Nacional que modifica la ley de violencia intrafamiliar y otros cuerpos legales, y establece la ley sobre violencia en las relaciones íntimas de parejas sin convivencia. Con fecha 20 de marzo de 2013 y originado en la Cámara de Diputados, este proyecto se encuentra aún en el segundo trámite constitucional, primer informe de comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, con fecha de 12 de febrero de 2015.
Esta iniciativa legal busca fortalecer ciertas disposiciones de la ley de violencia intrafamiliar, así como otras disposiciones que dicen relación con este tipo de violencia, que, lamentablemente, sigue siendo tan frecuente en nuestro país, a pesar de las medidas de prevención que han adoptado los diversos órganos competentes. Principalmente se busca reforzar el concepto de violencia intrafamiliar, incluyendo otros tipos de violencia, como son aquéllos que afectan la libertad o indemnidad sexual de las personas, así como también la subsistencia económica de éstas, en consonancia con las Convenciones Internacionales ratificadas por Chile, como la CEDAW. Asimismo, se busca aprobar una nueva ley que protege a las personas que tengan una relación de pareja con su agresor, sin que convivan, de manera que el delito de maltrato habitual también sea sancionado respecto de éstos, con la pena de presidio menor en su grado mínimo, dado los altos índices de violencia que actualmente se presentan en nuestro país respecto de los coloquialmente llamados “pololos”. De este modo, con esta iniciativa se fortalece la protección a las víctimas de violencia intrafamiliar y de violencia en el pololeo, facilitando a los tribunales la aplicación de medidas de protección y accesorias adecuadas, en orden a seguir avanzando en la erradicación de este tipo de violencia.
Ahora bien, en noviembre de 2016, la presidenta Michelle Bachelet presento un proyecto de ley sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, y actualmente se encuentra en el primer trámite constitucional en la Cámara de Diputados con fecha 11 de enero de 2017.
A través de los datos expuestos, se hace evidente el impacto que el fenómeno, el nivel de desprotección de las mujeres en los contextos de relación de pololeo, y una ausencia de protección jurídica, que se ha traducido en femicidios y homicidios a manos de la ex parejas, siguen remeciendo a la comunidad, tanto a nivel mundial y nacional. A pesar de los cambios sociales, políticos, culturales y legislativos que se han realizado hasta hoy, no ha sido posible aún la erradicación de la violencia de género. Así, la inclusión de las relaciones de pololeo como agravante de responsabilidad penal en el delito de femicidio, es una materia urgente.
Por Tatiana Thieme Andrade
Psicóloga, Magíster en Psicoterapias Dinámicas, Departamento de Psiquiatría y Salud Mental UdeC