Ser humano y libertad

A través de la historia se han forjando conceptos que nos acompañan hasta el día de hoy y que en gran parte rigen la organización del ser humano como un individuo social, capaz de formar parte de un entramado que busca el equilibro de un modelo funcional.

El concepto de libertad ha sido abordado y explorado desde tiempos remotos, en donde ya los antiguos griegos describían al hombre libre como aquel que no estaba sometido, de manera que poseía por un lado la plena capacidad de comprender que poseía una autodeterminación respecto de sí mismo pero también en los asuntos de la comunidad, lo que a su vez implicaba un concepto de responsabilidad hacia la comunidad en cuanto a ese ejercicio de su libertad. A partir de esto se desarrolla el concepto de libertad “política” o “social”, la cual consiste fundamentalmente en la autonomía, o la independencia que permite al individuo regir su propio destino dentro de la comunidad.

Por otra parte se hace referencia a la libertad personal, la cual se manifiesta como la disposición de la autonomía del individuo frente a las presiones o imposiciones originadas en la comunidad que integra. Es quizás esta acepción de libertad la que nos acerca más a la problemática del hombre actual, ya que a partir de ella se presupone la disposición de una posibilidad de elegir. Esa posibilidad de elegir presupone a su vez la de disponer de elementos de juicio que conduzcan a la elección, lo que a su vez requiere la posesión del conocimiento de los componentes de esos elementos de juicio, y de la inteligencia adecuada para realizar una valoración de ellos.

En el caso de las personas que tienen una enfermedad mental, sobre todo el caso de enfermedad mental grave, es común la transgresión de la libertad de éstos frente a la toma de decisiones concernientes a su enfermedad y tratamiento. Es usual que los equipos tratantes y familiares adopten una actitud paternalista, mermando de manera inconsciente su autonomía, dejando de lado al paciente frente a decisiones relacionadas con su tratamiento o proceso de rehabilitación.

Por otro lado, frente a la concepción moderna de salud mental y procesos de rehabilitación, toma importancia no tan solo la capacidad de elegir o de autonomía de los pacientes, sino también de las obligaciones que van implícitas en el concepto de libertad, obligaciones para con la comunidad que apuntan a la necesidad de desarrollarse en el ámbito laboral y social. Es acá que nuestra labor como agentes de salud cobra vital importancia, asumiendo un rol como facilitadores de las herramientas necesarias para lograr la autorrealización.

La conquista de la libertad personal es quizás la más difícil de todas, aquella que nos permite elegir de forma consciente e informada la manera en la cual deseamos conducir nuestras vidas. Aquella libertad que nos acerca a la búsqueda de nuestro mayor potencial de desarrollo, la necesidad de trascender, al amor y la concepción de una vida en familia y sociedad. Por ende, la libertad es quizás, lo que nos motiva a la búsqueda de la felicidad.

Por Diego Arellano Maldonado
Residente Psiquiatría de Adultos, Departamento de Psiquiatría y Salud Mental UdeC

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