Una mujer fantástica es el título de una película chilena, dirigida por Sebastián Lelio el año 2017. Trata sobre la vida de una mujer transexual luego de la muerte de su pareja, y las dificultades que tiene debido a la poca aceptación de la familia de éste. La actriz principal es Daniela Vega, quien comparte con el personaje el hecho de ser ambas transexuales.
El estreno de dicha película en febrero de 2017 ha significado que la sociedad chilena se cuestione sobre el tema de la transexualidad o disforia de género, lo que ha generado múltiples opiniones.
En el contexto del debate Archi para las elecciones presidenciales de 2017, Sebastián Piñera refiriéndose a la disforia de género señala “muchos de estos casos se corrigen con el tiempo”. José Antonio Kast tampoco se quedó fuera del tema, en una entrevista aseguró “primero analicemos a los padres, porque generalmente son los padres quienes visten a ese niño como mujer, si es hombre, desde que nace”.
No pretendo hacer un análisis sobre las implicancias políticas ni sobre los valores que subyacen a dichos comentarios, más bien mostrar la falta de conocimiento que se esconden detrás de ellos. Al convertirse en un tema “de moda” comienzan a generarse conceptos que no están basados en el conocimiento científico ni en la investigación psicológica y sociocultural seria que existe respecto a la disforia de género.
¿Qué es lo que realmente sabemos sobre la disforia de género?
El término hace referencia al malestar o sufrimiento afectivo y cognitivo que presenta un sujeto con el sexo asignado al nacer, existe una discordancia entre lo que el individuo percibe o tiene convicción de ser (hombre o mujer) y su anatomía. El DSM 5 diferencia “la disforia de género en la adolescencia o vida adulta o transexualismo” y la “disforia de género de la infancia”.
Disforia de género en la adolescencia o vida adulto o transexualismo: se caracteriza por una marcada incongruencia entre o inadecuación entre el género que siente el individuo y el asignado al nacer, lo cual condiciona un grado extremo de malestar y un deseo de modificación de sus características sexuales primarias y secundarias, con la finalidad de vivir y ser tratado como miembro del sexo con el que se identifica. El sujeto sabe que anatómicamente tiene un sexo, pero psicológicamente se siente del opuesto.
La etiología es desconocida, se hipotetiza que es consecuencia de una alteración en el proceso de diferenciación sexual del cerebro, que tiene lugar durante el desarrollo fetal y los tres primeros años de vida. Estudios de neuroimagen apoyan esta hipótesis. También se reconoce la influencia de la educación, patrones culturales y sociales, sin embargo, no se sabe exactamente cuánto influirían estos componentes.
La incidencia de disforia de género es 2-3:1 entre hombres y mujeres, es decir, existen más sujetos con sexo anatómico hombre que psicológicamente se sienten identificados como mujeres.
Es importante hacer el diagnóstico diferencial con trastornos psicóticos que curan con ideas delirantes de pertenecer al otro género, trastornos obsesivos compulsivos con dudas recurrentes respecto a su género, trastorno dismórfico corporal y trastornos de personalidad, principalmente histriónico.
En la actualidad el “tratamiento” de la transexualidad es la reasignación de género y se basa en tres pilares: psicológico-psiquiátrico, endocrinológico y quirúrgico.
Disforia de género en la infancia: al igual que en los adultos la característica diagnóstica esencial es el deseo general y persistente del niño/a a ser del sexo opuesto, o la insistencia de que es del sexo opuesto, junto a un intenso rechazo del comportamiento, atributos y atuendos característicos del sexo asignado. Pueden tener la idea de que al crecer se generarán los órganos sexuales del sexo opuesto, prefieren jugar con niños del sexo opuesto, al jugar con roles prefieren los del sexo opuesto, etc.
Es una consulta más frecuente en niños que en niñas, no se sabe si esto es porque la prevalencia es realmente mayor en niños o porque en ellos existen más dificultades en la aceptación social e integración que hace que consulten más.
El tratamiento en estos casos está dirigido a orientar a la familia y el infante, con una mirada expectante, centrada en mejorar la inclusión del menor en su medio y disminuir su angustia y malestar.
La magistral película de Sebastián Lelio es un tremendo aporte a la sociedad y a la cultura, y pone en la mesa un tema de gran importancia, sin embargo, es importante no olvidar que existen expertos calificados para informar sobre el tema y que algunas opiniones infundadas pueden traer confusión en la población, las familias y las personas con disforia de género.
Por M. Bernardita Lastra
Residente de Psiquiatría Adultos, Departamento de Psiquiatría y Salud Mental UdeC